El otro. Desde que puedo recordar él siempre ha estado ahí; yo soy dos y estoy en cada uno de los dos por completo.
Sin liar demasiado el asunto, y echando mano de Millás, sería aquello de que pertenece a esa clase de gilipollas que intenta analizar a su analista, venderle pescado a su pescadero, editar a su editor… Siempre quiere ponerse en lugar del otro, y de hecho a veces se desdobla para ponerse en el lugar de sí mismo.
Pues eso.
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